Todavía es tiempo para que el Gobierno y sus funcionarios en materia económica recorran las calles en las que circulamos, así como las tiendas y mercados en las que nos abastecemos, despojándose de sus burbujas de poder que los aíslan de la realidad y obnubilan sus criterios. Todavía es tiempo para que dejen de lado su exitismo, se despojen de su ilusión de supremacía con menosprecio a los que piensan diferente y actúen en atención a las expectativas del pueblo.
