[Sebastián Careaga con Rodrigo Paz, Edgar Uriona con Jaime Dunn, José Lupo con Samuel Doria Medina y Juan Pablo Velasco con Tuto Quiroga. ¿Están bien?] la aparición de candidatos excepcionales. Excepcionales tanto como excepción como por logros. No hay miles de velascos, careagas, urionas o lupos. ¿Qué significa eso? Un cambio de timón discursivo. O, mejor, un cambio de paradigma: de la Bolivia del lamento pasamos a la Bolivia meritocrática. Esa es una decisión difícil. Más de uno –en realidad, miles– dirán que no se incluye a los marginados. Mi interpretación es distinta: se logra incluir a los marginados con gente que sabe lo que hay que hacer. No es una cuestión de piel, es una cuestión de mérito. Ya no eres el mejor porque has nacido con un color de piel, eres el mejor porque te lo has ganado.
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El analista Diego Ayo no es miembro de Una Nueva Oportunidad. UNO alienta el debate de ideas pero no se adscribe necesariamente al contenidos de este artículo.
