Entrando al TSE [a Andrónico Rodriguez] nadie le preguntaba cuál era su propuesta para que haya gasolina, sino cómo iba a salvar la sigla que había elegido con tanto esmero. Con los arcistas no se juega, lo controlan todo, al menos hasta noviembre.
Y entonces vino aquel interesante video dominical. El presidente del Senado, el Andry, intercaló tragos de un jugo rojizo con frases en quechua y súplicas a sus "hermanos". En los primeros cinco minutos, era imposible soslayar esa sensación de daño que impregna todos sus balances. Evo ha pulverizado el prestigio de Andrónico en el Chapare y más allá.