Bakovic, profesional de alta competencia, sin militancia política, católico convencido, de moral intachable y comprometido con el país, había dejado su trabajo en el extranjero al haber ganado en concurso la Presidencia del Servicio Nacional de Caminos (SNC). Volvió para contribuir al fortalecimiento de tan importante institución pública, habiéndose destacado por su ejemplar dirección.
Él representa a las víctimas de la dictadura masista. Sin causa justificada alguna, fue perseguido con saña por los esbirros en función judicial desde el 2006, por más de 7 años hasta matarlo. Por orden del más alto nivel del gobierno. Fue asesinado bajo ejecución continuada y pública ante la cual sólo contó con la solidaridad de sus seres queridos y su círculo de afecto, en medio del silencio cómplice de muchos.
