Entre los recursos naturales de un país, las fuentes energéticas revisten una importancia especial debido a que tienen dos dimensiones: la energética, por supuesto, y la económica en cuanto pueden ser monetizadas mediante su comercialización, como ha sucedido con el gas en Bolivia.
Las fuentes energéticas son tan importantes para los países que todos ellos quisieran ser “soberanos” en cuanto a suministro energético, en el sentido de no tener que depender de la importación. Por ejemplo, Bolivia es soberana en cuanto a generación eléctrica, pero no lo es en cuanto a combustibles. En realidad, ningún país es soberano, energéticamente hablando, ni necesita serlo. Lo fundamental es que provea “seguridad energética”, o sea el suministro oportuno, suficiente y continuo de la energía que su economía requiere.
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El analista Francesco Zaratti no es miembro de Una Nueva Oportunidad. Susana Anaya, en cambio, sí lo es. Los contenidos de esta publicación son de entera responsabilidad de sus autores.
