¿Qué debe hacerse cuando el gobierno de tu país, simplemente no quiere dejar el privilegiado sitial al que llegó por las urnas y por esos mismos votos le llegó la hora de partir? Estos aspirantes a tiranuelos –y eso de aspirantes es una gentileza– tienen que recibir “ayuda” de la ciudadanía para irse. Eso exactamente está ocurriendo en Bolivia, y con sus características propias, en las sufridas Nicaragua y Venezuela.