En el contexto boliviano actual, tanto Rodrigo Paz como Tuto Quiroga, han anunciado, respectivamente, la llegada de 1.500 (un intercambio de activos con dinero para comprar hidrocarburos, y 1.000 millones de dólares (de un acuerdo con organismos internacionales). Más allá de la magnitud, el objetivo central de estos anuncios no radica en disponer de los recursos en la primera semana de gestión, sino en enviar una señal clara al mercado: el inicio de un proceso orientado a restablecer la confianza, la reputación y la credibilidad del aparato económico estatal. En otras palabras, más que dinero buscan ofrecer tranquilidad, ese bien escaso que, en tiempos de crisis, cotiza más caro que el propio dólar.
El analista Gonzalo Chavez no es miembro de Una Nueva OPortunidad. UNO alienta el debate de ideas pero no se adscribe necesariamente a los contenidos de este artículo.
