[luego de la primera vuelta electoral] Un llamado a la cordura no viene mal, pidiendo a todos serenidad en momentos en que Bolivia parece encaminarse a mejores días, en los cuales las libertades de expresión y pensamiento, de asociación, de sindicalización, de petición, de acceso a la justicia y un largo etcétera tendrán vigencia plena como la tuvieron antes de 2006.
No podemos olvidar que el derecho a la libre expresión no es ilimitado y que uno no puede ofender a otros en su dignidad y decoro a su gusto y sabor. No en vano, el Código Penal tipifica y sanciona los delitos de difamación, injuria y calumnia, que protegen el honor de las personas y que se cometen, precisamente, cuando se hace mal uso de este derecho.
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