Richard Mamani Martínez fue una víctima de este sistema descompuesto [el Poder Judicial]. Lo condenó un tribunal de sentencia de Camargo con base sólo en la denuncia “sin haberse hecho una investigación seria, ni siquiera la prueba forense”, como afirma el padre Miguel Sotelo, responsable de la Pastoral Penitenciaria de Tarija, único apoyo de esta víctima en la injusta condena que lo encerró 9 años en el penal de Morros Blancos de Tarija. Allí sufrió en carne propia el infierno en un recinto penitenciario convertido como todos en un componente más de la organización criminal campante en el país.
La revisión extraordinaria de su sentencia condenatoria lograda gracias al apoyo de esa Pastoral derivó en la absolución de Richard. Que con ella su vida tenga un nuevo comienzo y encuentre la felicidad a que todo ser humano tiene derecho.
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