Durante el tiempo de lucha por la recuperación de la democracia (nov. 2019) y, particularmente, los días de la caída del régimen de Evo Morales, se escucharon consignas extremas con un alto grado de exacerbación emocional y ausencia de racionalidad en muchas personas que marchaban, sembrando pánico y muerte, en varias ciudades de nuestro país. Gritar “ahora sí, guerra civil” muestra el desconocimiento de significado. Creerían, muchos de los que gritaban, que ello significaba jugar a las “guerritas” como cuando eran niños, aunque posiblemente quienes alentaban esa consigna sabían de las consecuencias que podían traer si llegaba a encenderse esa chispa: luto, dolor y destrucción nacional. Quizás para ellos también valía esa otra frase: “después de mí, el diluvio.”
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