[el vicepresidente...] nos contó qué es el “proceso de cambio” al poner en plena plaza Murillo un reloj que marcha hacia el pasado y registrar en una memoria documentada de sesión de alto vuelo en la cancillería, el aporte del maestro shaolin kung fu que le patearía el nido después, que se trata de descolonizar limpiando el colon, es decir, rumbo a las cavernas cagando a diestra y siniestra. Todo con el fondo musical de El cóndor pasa interpretado por él mismo. Reconozcamos que en este ámbito hasta aquí ya merecemos una distinción mundial al desquiciamiento.
https://www.lostiempos.com/actualidad/opinion/20230430/columna/kung-fusion